Petro, tauromaquia y destitución. Por: Ariel Peña

El pasado 26 noviembre fueron levantadas las carpas que se encontraban al frente de la plaza de toros la Santamaría en Bogotá, después de 117 días de huelga que realizaron los novilleros a instancia de los sindicatos taurinos, que contaron con la solidaridad en todo ese tiempo de la federación UTRECOL (unión de trabajadores colombianos del espectáculo y la comunicación) y de la Confederación General del Trabajo CGT, esta protesta fue realizada por el derecho al trabajo para que se reabra una fuente de empleo como lo es el coso, del cual derivan el sustento cientos de familias

Ariel Peña

Petro cerró la Santamaría hace mas de 2 años desconociendo los convenios internacionales de la OIT (organización internacional del trabajo) y las convenciones de la UNESCO (organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura) además trata de dilatar la sentencia de la corte constitucional T-296/13 que ordena poner a funcionar la Santamaría para las corridas de toros en 6 meses a partir del anterior mes de septiembre.

La actitud del Alcalde de atropellar a una minoría, para ganar adeptos en personas que son adversas o indiferentes a las corridas, encontró en la huelga de los novilleros una gran resistencia, ya que a nivel nacional contó con el apoyo de la afición y una buena parte de la ciudadanía y, en el plano internacional fue tomada la postura del burgomaestre como despótica y autoritaria en varios países, amén de que la plaza de toros es un monumento nacional Colombiano de acuerdo a la resolución 3 del 12 marzo de 1982 y mediante el decreto 2390 de 26 de septiembre de 1984, por lo cual no se puede cambiar su uso ni su diseño, siendo un bien de patrimonio cultural con la más alta protección, y eso se lo dejó claro el Ministerio del ramo a la administración Distrital.

La sentencia de la honorable Corte que ordena reabrir la Santamaría, en su artículo segundo, declara la existencia de un daño consumado en relación de la temporada taurina de 2013, ahí se debe de tener en cuenta que el Alcalde Petro atento en contra del derecho fundamental al trabajo, por lo cual en sana lógica debería proceder A indemnizar a los trabajadores de la tauromaquia que han dejado de laborar en todo este tiempo, por el capricho del mandatario, para ello hay que contar con el Ministerio de Trabajo, además de hacer la denuncia ante la OIT.

La administración capitalina no solo pretende dilatar la apertura del coso, sino que busca impulsar un referendo para prohibir las corridas de toros, lo cual iría en contra del derecho internacional público, pues al ser la tauromaquia una práctica de minorías, se estaría violando la declaración de las Naciones Unidas de 1992 aprobada por consenso, en donde se exige el respeto a las minorías culturales, pero además el referendo de marras sería como la punta del iceberg para que se realizaran otros en las mismas condiciones en contra de las minorías étnicas, religiosas, lgtb o lingüísticas, lo cual a todas luces es ilegal.

Lo curioso del caso Petro, es que por un lado desconoce las normas internacionales de la OIT y la UNESCO al cerrar la Santamaría, que son vinculantes para el estado Colombiano, pero su permanencia en el cargo después de haber sido destituido por la Procuraduría hace un año, se da por unas medidas cautelares de la Comisión Interamericana de derechos humanos, que no son de obligatorio cumplimiento y que los estados las pueden acoger si quieren, así se lo hizo saber el Presidente Correa del Ecuador en una entrevista el pasado 7 de agosto después de la posición del presidente Santos al inefable periodista Hollman Morris, que en ese momento era director del canal Capital, lo cual demuestra el doble rasero que maneja la persona que está al frente de la administración de Bogotá.

Aunque la Fiscalía archivo la investigación en contra del Alcalde Petro, por la implementación de un nuevo modelo de basuras, para el Procurador lo penal no condiciona lo disciplinario, al ser dos derechos autónomos, así que será el Consejo de Estado quien decidirá sobre la destitución de Petro proferida por la Procuraduría, recordando que el Alcalde tan pronto conoció de su desvinculación del cargo hace un año, convoco a manifestaciones en la plaza de Bolívar especialmente de empleados del Distrito.

Porque es bien conocido que Colombia desde hace décadas no es un país de grandes y nutridas manifestaciones, y salvo protestas de mucha envergadura como la movilización en contra de las farc en febrero de 2008, el paro agrario de 2013 o las marchas de los trabajadores los primeros de mayo, nadie se puede ufanar en Colombia de tener capacidad de convocatoria para masivas manifestaciones, entonces de acuerdo a los últimos acontecimientos el Alcalde de Bogotá ya no cuenta con las miles de personas que lo acompañaron a raíz de su destitución en el 2013, pues desde que comenzó la huelga de los novilleros convoco atraves de su twitter y diferentes medios a movilizaciones en contra de la huelga de los toreros y esto le resultó un verdadero fracaso, por ello la protesta taurina demostró que Petro no tiene la aceptación y credibilidad que de pronto llego a poseer en el pasado en algunos sectores.